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Hacia una comprensión del ministerio pastoral desde una perspectiva bíblica

La Biblia nos enseña que Dios llama a individuos para que estos desarrollen diferentes ministerios a favor de la comunidad de fe, que es la iglesia, para la edificación del reino de Dios, para la gloria de aquel que nos llamó y la salvación de los que se pierden. Este llamamiento se encuentra en estrecha relación con los dones espirituales que Él mismo nos ha dado. El propósito de este trabajo es facilitar una mejor comprensión de la función pastoral y proveer las bases para una práctica más racional de dicho ministerio desde una perspectiva bíblica.

Palabras clave:

Rol del pastor, función pastoral

Introducción

Son muchos los pastores que han llegado a experimentar frustraciones de tal magnitud que han decidido abandonar el ministerio. Una adecuada comprensión del rol pastoral podría librarnos de tales frustraciones paralizantes y destructivas o al menos, reducir sus efectos nocivos sobre nuestra vida y ministerio.

 Howard Rice, expresa dicha confusión que resulta en frustración diciendo que “la infelicidad de tantos pastores talentosos indica la confusión sobre su papel y la falta de un centro para su ministerio”.[1]

La imagen del pastor en el Antiguo Testamento

Un estudio de las imágenes del pastor, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos, puede ayudarnos a comprender mejor nuestra función pastoral desde una perspectiva bíblica.

El concepto de pastor que encontramos en el N.T. viene de una imagen o metáfora de un pastor de ovejas que tiene sus raíces en el A.T., que Jehová utilizó para referirse a su relación con Israel, su pueblo y a los líderes religiosos en la época de los profetas.

El Profeta Isaías presenta al Señor como un pastor al decir: “apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos; y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”. (Isaías 40:11 (RV60). 

El Profeta Jeremías, al igual que Isaías, aborda el tema de manera general al decir que el rol del pastor es apacentar y cuidar las ovejas. Estos dos términos son muy abarcadores, aunque apacentar tiene mayor énfasis en alimentar, mientras que cuidar enfatiza más el aspecto de proteger (Jeremías 3:15; 23:1-4). 

El Profeta Ezequiel nos informa que parte de la tarea del pastor debía ser: fortalecer a las ovejas débiles, curar a la enferma, vendar a la perniquebrada, volver al redil la descarriada y buscar la perdida. (Ez. 34:4). 

En el Salmo 23, el salmista habla de Jehová como su pastor; mientras que se presenta a sí mismo como una oveja. Un pastor que suple todas sus necesidades. Los versos 1 y 2 nos revelan al pastor que satisface las necesidades alimenticias y materiales de sus ovejas. El verso 3 parece referirse a las necesidades socio-emocionales, mientras que el verso 4 aparenta hacer referencia a las necesidades espirituales. Todo lo anterior nos presenta un cuadro del pastor que alimenta, consuela, cuida, guía y acompaña a sus ovejas. 

Como se puede ver, el Antiguo Testamento nos brinda importantes informaciones sobre el ministerio pastoral.  John MAcArthur lo expresa de la manera siguiente:

“Una historia del ministerio pastoral tiene que comenzar con el Antiguo Testamento.  El tema “El Señor es mi pastor” (Sal 23:1) expresa el papel pastoral de Dios para su pueblo. Tidball describe esta imagen como “el paradigma que subraya el ministerio”, y destaca que contiene referencias a la autoridad, al cuidado cariñoso, a tareas específicas, al coraje y sacrificio que se requieren de un pastor” (MacArthur, 2009).

La imagen del pastor en el Nuevo Testamento

Hebreos y el apóstol Pedro, todos ellos nos hablan sobre la labor del pastor.   

Lucas, en el capítulo 2 de su evangelio nos informa acerca de los pastores que recibieron la noticia del nacimiento del Mesías; él dice que ellos “velaban y guardaban vigilias de la noche sobre su rebaño” (RV60). Esto deja entrever que los pastores acostumbraban a pasar la noche juntos a su rebaño, cuidándolo en todo momento. 

En el Evangelio según San Juan 10:12, Jesús dice que el asalariado ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, pero el buen pastor da su vida por las ovejas (cfr. v. 11), lo que nos da a entender que el pastor era alguien que tenía un rol de cuidado de sus ovejas; labor que desempeñaba con extrema responsabilidad. 

Juan capítulo 21:15-17, es un pasaje con un contenido revelador. Jesús le pregunta a Pedro si lo ama en tres ocasiones: Después de la primera respuesta de Pedro, Jesús le dice: “apacienta mis corderos” (RV60); al recibir la segunda respuesta, Jesús le dice “pastorea mis ovejas”; pero después de la tercera respuesta de Pedro, Jesús añade: “apacienta mis ovejas”. En los versos 15 y 17, el verbo griego que Jesús usa es bόskw (bosko), que se traduce como “apacentar”, y significa “alimentar o proveer comida”.  Pero en el verso 16, el Señor utiliza el verbo griego poimaίnw (poimaino) que se traduce como pastorear, y tiene como significado “cuidar”, “guiar”, “gobernar” y “defender”.  Y estas son las tareas de la función pastoral respecto a las personas que Dios ha puesto bajo su ministerio.

 En Hechos 20:28, el apóstol Pablo se refiere a los ancianos de la iglesia como “obispos” a quienes el Espíritu Santo ha puesto para “apacentar la iglesia del Señor”. En Hebreos13:17, el escritor dice que los pastores velan por las almas de los creyentes.

1 Pedro 5:1-5 el apóstol desafía a los ancianos a apacentar la grey de Dios que está entre ellos y a su cuidado, pero siendo ejemplos de la grey.

Como se puede apreciar, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos proveen de una gran cantidad de pasajes bíblicos que nos permiten llegar a una comprensión adecuada del ministerio pastoral.

Análisis e interpretación del rol pastoral

Al analizar e interpretar las imágenes del pastor en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, recibimos luz para una mejor comprensión de su tarea y responsabilidad. W. T. Purkiser dice que la función pastoral en el ministerio moderno se representa mejor con la metáfora del pastor. La idea del líder religioso como un pastor aparece por igual en el Antiguo y el Nuevo Testamento (Purkiser, 1989).

Alimentar la grey 

 Hablar de alimentar a las ovejas se refiere a enseñar e instruir a los creyentes en Cristo a conocer la palabra de Dios y las doctrinas cristianas. El mismo Señor afirmó que “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mt. 4:4). Esta declaración nos da a entender claramente que es la palabra de Dios la que constituye alimento espiritual para el alma del creyente. 

Por otra parte, el apóstol Pedro escribe a los cristianos de la dispersión haciendo clara referencia a la palabra de Dios diciendo: “…desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.” (1 P. 2:2 RV60). 

También el escritor de la epístola a los Hebreos presenta la enseñanza de la palabra como alimento espiritual para el creyente. (He. 5:12-14). 

Es evidente, pues, que cuando la Biblia habla del rol del Pastor como aquel que debe apacentar o alimentar el rebaño del Señor lo que está diciendo es que al pastor le corresponde alimentar a los creyentes con la palabra de Dios. 

El cuidado de la grey

 Cuidar la grey tiene una connotación más amplia que alimentar. Al pastor le corresponde no solo alimentar a la feligresía con la palabra de Dios, sino cuidarla también. Isaías habla de un pastor que lleva a los corderos en sus brazos; llevándolos en su seno. El cordero era una oveja de un año o menos, muy tierno y sin experiencia. De la misma manera el pastor debe pastorear a los nuevos creyentes, cuidando de ellos con una atención especial. 

Por otra parte, el profeta dice que Jehová pastoreará suavemente a las recién paridas. Es una figura del cuidado tierno que debe tener el pastor para con el rebaño del Señor.

El Salmo 23 nos muestra un pastor que alimenta, cuida, guía, conforta y que infunde aliento. Pero todo esto lo hace teniendo a mano su vara y su cayado. Jeren Rowell dice:

“Este tipo de visión abrirá tractos de cuidado pastoral que incluyen corrección y disciplina. Muchos pastores contemporáneos parecen ansiosos por evitar estos aspectos del trabajo bajo la creencia errónea de que el cuidado pastoral tiene algo que ver con hacer que la gente se sienta mejor. Buscar ayudar a las personas a sentirse mejor consigo mismas o satisfacer las necesidades de las personas (en el sentido popularizado de la frase) es una base inestable a partir de la cual construir un verdadero ministerio pastoral… Los Wesleyanos parecían mucho más interesados ​​en hacer crecer a los cristianos que en complacer a la gente. Todo su trabajo da testimonio de que el cuidado pastoral tiene poco que ver con la sujeción sentimental y mucho que ver con guiar a un pueblo desde el amor, a través de la disciplina, hacia las respuestas habilitadas por la gracia de la obediencia cristiana.” (Leclerc, 2013).

Las figuras de la vara y el cayado del pastor en el Salmo 23 parecen sugerir que el pastor, además de alimentar, cuidar, guiar, confortar, dar aliento o restaurar, también disciplinaba con amor a las ovejas que se salían del camino recto.

Guiar a la grey

 Según Juan 10:4, el pastor sacaba sus ovejas, y luego, iba delante de ellas, mientras le seguían. Esa era la manera que el pastor guiaba a sus ovejas. Él no se quedaba detrás de ellas, sino que iba delante del rebaño. Esta es la forma en que el pastor guía su iglesia. Él debe ser el ejemplo de la grey (1 P. 5:3). 

 Esta responsabilidad de ser ejemplo de la grey debe ser en todo el sentido de la palabra. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo, un joven pastor, que él debía ser ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza (1 Timoteo 4:12).

El apóstol Pablo le dijo a los Corintios: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1Co.11:1). Todo pastor debe poder decir a los miembros de su congregación y a cualquier persona como dijo el apóstol Pablo, tanto el pastor debe ser ejemplo en sus palabras, su conducta, su amor, su espíritu, su fe y vida de pureza. En este sentido, se puede apreciar que el pastor debe ministrar desde el hacer y del ser. De hecho, el ministerio del ser es más poderoso que el del hacer.

Restaurar la grey 

 Como ya vimos en Ezequiel 34:4, en un rebaño suele haber ovejas débiles, enfermas, perniquebradas y otras, en ocasiones se han descarriado y extraviado; así suele ocurrir también en la iglesia, algunos hermanos y hermanas son débiles en la fe, a los cuales el pastor debe procurar fortalecer.  

Algunos creyentes, en un momento dado, pueden estar espiritualmente enfermos. A estos, el pastor tiene la responsabilidad de curarlos. Otros creyentes podrían estar extraviados, a los cuales es necesario guiar hacia el camino correcto. 

Algunos hermanos precisan de un cuidado especial, aunque hay que cuidarlos a todos. A los descarriados hay que ayudarlos a volver al redil. 

El Manual de la Iglesia del Nazareno (2017-21) define al pastor como:

“…un presbítero o ministro licenciado en preparación para la ordenación como presbítero quien, bajo el llamado de Dios y su pueblo, tiene la responsabilidad de supervisar una iglesia local. El pastor de una iglesia local es un ministro asignado” (Iglesia del Nazareno, 2018).

Por otro lado, cuando el Manual de la Iglesia del Nazareno establece los deberes de un pastor los engloba en dos grandes bloques: Los deberes medulares y los deberes administrativos. Al analizar el contenido de estos bloques y compararlos con las imágenes del pastor que aparecen en el Antiguo y el Nuevo Testamentos, se puede apreciar que estas encierran y cubren, de manera resumida, todos los elementos descriptivos de los deberes pastores establecidos en el Manual de la Iglesia del Nazareno.

El pastor y escritor de varios libros, Gabriel Gil, en un trabajo publicado el 17 de junio del año 2015 dice:

 “El Pastor de la iglesia local es la persona encargada de cuidaralimentar y guiar a los feligreses de su congregación. Debe procurar que el evangelio de Jesucristo se haga realidad en la vida de los discípulos; lo hará a través de la exhortación de la Palabra de Dios, la visitación pastoral, los consejos sinceros y pertinentes brindados a su grey y la disciplina correctiva ––con amor–– cuando fuese necesario. Todo esto, según la etimología de la palabra “pastor” que viene del vocablo hebreo “ra’ah” y del griego “poimén”. En ambos idiomas implica el cuidar, alimentar y guiar ovejas”. (Gil, 2015).

En un sentido, el ministerio pastoral no tiene límites, ya que el buen pastor es aquel que da su vida por las ovejas; el pastor hará todo lo que sea posible para asegurar el bienestar sus ovejas. Pero por el otro lado, cada pastor debe reconocer algunos límites de su ministerio, ya que no puede ocupar el lugar de Dios en la vida sus feligreses. El apóstol Pedro es enfático al hacer notar que la grey le pertenece a Dios, no al pastor. Además, el apóstol deja bien claro que el cuidado pastoral no puede ni debe realizarse como quien tiene señorío sobre los feligreses (1 P.5:1-4), sino que ese cuidado y guianza del pastor hacia la congregación debe ser a través del ejemplo y el modelaje bajo la dirección del Espíritu Santo.

Por otra parte, el pastor ha de reconocer que, sus esfuerzos a favor de la grey del Señor que está bajo su cuidado son valiosos, pero es la gracia de Dios la que salva, y no los esfuerzos humanos. José MaBaena Acebal lo dice de esta manera:

“Quienes servimos a Dios hoy, de este lado de la Cruz, ya no ejercemos de sacerdotes en el sentido antiguo, y si en alguna forma lo somos ―no más que otros creyentes, por otro lado— nuestros sacrificios son otros, y nunca tienen valor expiatorios; aunque nuestro ministerio sí es a favor del pueblo de Dios, para guiar a los creyentes, para instruirlos en las enseñanzas de Jesús, para alimentar espiritualmente y hacer que desarrollen sus propias capacidades y pongan en funcionamiento los dones que el Espíritu Santo graciosamente les ha concedido; para hacerlos madurar y que ellos mismos lleven a cabo “la obra del ministerio” que les corresponde según Efesios 4:12” (Acebal, 2018).

Este reconocimiento, por parte del pastor, del gran valor de su obra ministerial y la aceptación, con humildad, las limitaciones de su función pastoral constituyen un antídoto que protegerá su alma y su corazón a la hora de evaluar su desempeño ministerial.

Conclusión 

El ministerio pastoral está enfrentando un gran desafío causado por la confusión y las expectativas creadas respecto al rol del pastor que, a su vez, genera un grado de frustración capaz de llevar a muchos pastores a abandonar dicho ministerio. Esta situación plantea la necesidad de repensar y contextualizar nuestro entendimiento del ministerio pastoral desde una perspectiva bíblica, teológica y con atención al espacio geográfico, temporal y cultural.

Creemos que una comprensión del ministerio pastoral desde esta perspectiva bíblica puede disminuir las renuncias pastorales causadas por la frustración ministerial.

Los pastores de hoy estamos obligados a preguntarnos ¿cómo podemos alimentar, cuidar, guiar, restaurar, alentar y consolar a las personas que nos ha tocado servir en este espacio geo-temporal y cultural? Y hurgar en las Sagradas Escrituras para encontrar la respuesta de Dios que nos ayude a comprender la naturaleza y limitaciones del ministerio pastoral. ¡Que el Señor nos ayude!


MSc. Ernesto Bathermy

De origen dominicano. Pastor de la Iglesia del Nazareno de 1986 hasta la fecha. Tiene una Maestría en Ciencias de la Religión en SENDAS. Fungió como Superintendente del Distrito Central de 2015 al 2021. Actualmente es Coordinador Académico del Seminario Nazareno Dominicano desde el año 2000.


Citas de referencia

[1] Rice, H. (2000), p.14

Bibliografía

Acebal, J. M. (2018). Pastores Para el Siglo XXI. Barcelona, España: Editorial CLIE.

G.B. Williamson, D. (1988). Pastores del Rebaño. Kansas City, Missourri: Casa Nazarena de Publicaciones.

Gil, G. (17 de Junio de 2015). https://gabrielgila.wordpress.com/2015/06/17/manual-de-funciones-para-pastores/. Obtenido de https://gabrielgila.wordpress.com/2015/06/17/manual-de-funciones-para-pastores/.

Iglesia del Nazareno. (2018). Manual de la Iglesia del Nazareno 2017-2021. Mexico: Casa Nazarena de Publicaciones.

Iglesia del Nazareno. (2018). Manuel de la Iglesia del Nazareno. México: Casa Nazarena de Publicaciones.

Leclerc, M. A. (2013). Pastoral Practices: a wesleyan paradigm. Kansas City: Beacon Hill Press.

MacArthur, J. (2009). El Ministerio Pastoral: Como pastorear Biblicamente. Nashville, Tennessse: Grupo Nelson.

Núñez, E. A. (1988). Desafíos Pastorales. Grand Rapid, Michigan: Portavoz.

Purkiser, W. T. (1989). La Imagen del Ministro en el Nuevo Testamento (2da. edición ed.). Kansas City, Missouri: Casa Nazarena de Publicaciones.

Rice, H. (2000). El Pastor Como Guía Espiritual. Grand Rapids: Portavoz.

(RV60).

Publicado enTeología Pastoral