La predicación de la Palabra de Dios es una tarea central del quehacer de la Iglesia. La predicación de hoy incluye no sólo el anuncio del evangelio para los que no han alcanzado salvación en Cristo Jesús, sino también predicar la Palabra para que los creyentes sean alentados y fortalecidos en la fe. Se puede afirmar que la predicación es parte relevante en la tarea misional de la iglesia en el mundo, así ha sido en la historia de ella y en la actualidad no puede ser la excepción. Se considera una tarea primaria al ministerio pastoral, ya que él o ella se convierten en los portavoces de la Palabra que da vida eterna a todo ser humano.
Palabras clave
Predicación
La predicación y su propósito de transformar el entorno social de la persona
Si se considera que dos de los propósitos fundamentales de la predicación es la de alimentar espiritualmente a los creyentes, y de convencer, convertir y reconciliar a aquellos que están apartados y alejados de la presencia y relación con Dios. Es menester entonces pensar también que un tercer propósito que busca la predicación es transformar la vida y el entorno social en el que vive la persona.
Pablo Jiménez (2009), da su aporte al punto en investigación cuando afirma lo siguiente: “la predicación del evangelio nos convoca a entrar en una relación con Dios, para que transforme nuestra vida. Dicha transformación es integral, es decir, es tanto personal como social. La persona que desarrolla y cultiva una relación con Dios es transformada por el encuentro de lo sagrado” (p.56).
La predicación bíblica, sana y clara no nos debe de alejar del contexto personal y social en las que viven nuestros pueblos, mucho menos crearnos realidades falsas, más bien la buena predicación debe acercarnos a las personas, a los pueblos, a las ciudades para ser parte de sus entornos con la única finalidad de hacer ministerios que transformen a la persona desde su interior y repercuta en sus alrededores. Jiménez vuelve a mencionar sobre este punto:
Debe quedar claro, pues, que predicamos el evangelio con el propósito de transformar la realidad, buscando la utopía del reino. Utopía no quiere decir mentiras ni cuentos de caminos. No. Literalmente, “utopía” es un concepto que no tiene un lugar (topos, en griego) en el mundo donde vivimos. Lo que buscamos, pues, es que lo que aún no tiene un lugar en nuestra vida llegue a tenerlo (2009:56).
El mensaje de Jesucristo que se traduce en buenas nuevas, que transforma las vidas de todos aquellos que vienen al encuentro con él, debe ser el móvil de la predicación bíblica, que motiva e incita a la iglesia a trabajar por y para la transformación no solamente de la persona, sino de su entorno familiar, laboral y social.
Quisiera cerrar este subtema, citando al profesor de homilética Pablo A. Jiménez:
Las personas que formamos parte de la Iglesia de Jesucristo tenemos que luchar por la vida en nuestras comunidades y en nuestros distintos países. Quiera Dios darnos fuerzas, valentía y perseverancia para alcanzar la meta de la predicación: la creación de un nuevo pueblo de Dios, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (2009: 57).
No hay mejor reflexión final que la que deja Pablo Jiménez, la de construir en el nombre del Señor Jesucristo y guiados y empoderados por el Espíritu Santo, un pueblo perdonado, un pueblo transformado y un pueblo santo, que glorifica y exalta el nombre del Cordero de Dios.
La Importancia de la Predicación Bíblica
Al ver el mover de la Iglesia del Señor desde los inicios de su historia, de alguna forma el ministerio de la predicación ha sido central a la vida y el quehacer de los creyentes. Se puede citar las palabras de John Stott, que hizo sobre la supremacía de la predicación en la vida de la Iglesia: “La predicación es indispensable para el cristiano. Sin ella se pierde una parte necesaria de su autenticidad, puesto que el cristiano es por su misma esencia la religión de la Palabra de Dios” (p.13).
Este subtema amerita ser atendido con mucha relevancia, ya que da luz a la importancia que la predicación ha tenido y sigue teniendo en el quehacer de la iglesia cristiana. Hay varias preguntas que necesitan ser respondidas respecto a la importancia de la predicación hoy en día.
¿Por qué fue importante la predicación para Jesús? ¿Cuál fue la encomienda suprema que Cristo hizo a sus discípulos al final de su ministerio terrenal? ¿Por qué fue importante y central la predicación en el ministerio del Apóstol Pablo? ¿Por qué ha sido importante la predicación en el quehacer de la Iglesia a través de su historia?
Jesús y la predicación
El Evangelio de Marcos 1:14 nos introduce al inicio del ministerio terrenal de Jesús, esto sucede después del encarcelamiento de Juan el Bautista. La cita bíblica se lee así “Después que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios”. Posteriormente en ese mismo capítulo en los versículos 38 y 39 se lee lo siguiente: “Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos para que predique también allí, porque para esto he venido. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios”.
Es interesante que Marcos en los inicios de su evangelio nos presenta al Jesús predicador, el cual Jesús mismo también en sus mismas palabras señala que a eso ha venido. El escritor Donald Guthrie hace referencia a las citas bíblicas de Marcos 1:38 y Lucas 4:43 donde se lee “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he sido enviado”. Para Guthrie la palabra “Porque para esto he venido o he sido enviado, probablemente se refiere no a su salida de la ciudad sino a la misión que le confió el Padre” (1996: 642).
Stanley Key señala el por qué fue importante la predicación en la vida de Jesús, tomando las referencias de Marcos 1:38 y Lucas 4:4, cuando menciona lo siguiente “Cristo dice que la predicación sería de gran importancia en su ministerio porque fue con este propósito que él viniera” (p.32).
Hay otras citas bíblicas dentro de los cuatro evangelios donde hay numerosas referencias al ministerio de la predicación en la vida de Jesús. Solamente para hacer referencia a Mateo 9:35, para este tiempo no solamente la predicación acompañaba al ministerio de Jesús, ya aparecen acompañando a la predicación, la enseñanza y la sanidad a través de los milagros.
A la pregunta ¿Por qué fue importante la predicación en el ministerio de Jesús? La respuesta sería tan obvia, ya que fue el mandato de su Padre y ese fue el propósito de su venida. Los cuatro Evangelios dan testimonio de las innumerables ocasiones en que Jesús hizo uso de la predicación, fue así como él cumplió con la encomienda dada por su Padre.
La encomienda suprema de Jesús a sus discípulos
¿Por qué la predicación fue importante para los discípulos? Es muy sencillo responder a esta pregunta, pero también tiene mucho peso el pensar en la respuesta, porque esta respuesta tiene muchos desafíos para la iglesia cristiana de hoy día. La comisión que Jesús hace a sus discípulos se encuentra en los pasajes clásicos de la Escritura, Marcos 16:15 y Mateo 28:19, los cuales son dos pasajes claves para responder a la pregunta. Se tomará en estudio solamente el pasaje de Marcos para responder este inciso.
Si se considera que el primer libro de los evangelios que se escribió fue Marcos, entonces se analiza el texto de Marcos “… Id por todo el mundo y predicad el evangelio”. Se considera que la predicación es el llamamiento supremo que Jesús hizo a sus discípulos antes de ascender al cielo. Alguien señalo al respecto lo siguiente “La última y más grande comisión que el Señor Jesús dio a su Iglesia fue el mandato de predicar” (Deossa, 2012: 1).
El Libro de Los Hechos da suficiente información al respecto del ministerio de la predicación en la vida de los primeros discípulos, quienes entendieron la comisión a la que Jesús los había llamado. En Hechos 2: 14-41, se narra la primera predicación de Pedro, fue un mensaje sencillo, pero con una profundidad Cristo céntrica, lleno de toda autoridad y poder del Espíritu Santo. El resultado de esa predicación se encuentra al final del pasaje en el verso 41 que dice “… y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Un segundo pasaje es Hechos 3:11-4:4, es una predicación de Pedro, el resultado muchas conversiones al Señor en el último verso 4:4 “Pero muchos de los que habían oído la palabra creyeron; y el número de los hombres era como cinco mil”. Otra referencia es Hechos 4:31 que dice “…y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios”. La presencia del Espíritu Santo en los discípulos fue clave en la predicación de la Palabra.
Todos ellos estaban comprometidos con la predicación de la Palabra, hasta uno de los diáconos llamado Felipe estuvo involucrado en la predicación (Hechos 8:26-40). El Comentario Bíblico Contemporáneo hace una clara mención al tema cuando señala lo siguiente:
En Hechos 6 los apóstoles entendieron que la prioridad de su ministerio era la oración y el ministerio de la Palabra, y cuidaban celosamente de que nada los desviara de este foco central. Como resultado, la Palabra de Dios se difundía y el número de los discípulos aumentaba … Vale la pena hacer que la predicación bíblica sea nuestra prioridad y que le dediquemos todo el tiempo que merece (Padilla, 2019:1957).
Sobre este entendimiento de su llamado y vocación al ministerio de la predicación por parte de los discípulos, Key menciona sobre la seriedad y la responsabilidad con la que asumieron este ministerio:
Los apóstoles como Simón Pedro, Juan y Pablo fueron, sin lugar a dudas, grandes predicadores, así como también Esteban. La predicación fue encarada con mucha seriedad como lo podemos verificar en Hechos… Los apóstoles querían dar lo mejor de sí al ministerio espiritual. El ministerio era su prioridad. Pedro dice a Cornelio que el Señor Jesucristo “nos ha mandado a predicar al pueblo… (2009: 32-33).
Al preguntar sobre ¿El por qué fue importante la predicación en el ministerio de los discípulos? La respuesta sería, porque la predicación fue la encomienda suprema que Jesús hizo a sus vidas, ese fue el llamado y la vocación a la que Jesús los llamo.
La predicación en el ministerio de Pablo
La predicación fue fundamental en el ministerio del apóstol Pablo, su convicción era tal que él sabía a qué el Señor Jesús lo había llamado. Esta convicción de Pablo se ve reflejado en algunas de sus cartas. Muy enfáticamente Pablo responde a la Iglesia de Corintios sobre su vocación al ministerio de la Palabras, cuando les escribe en 1 Cor. 1:17 “… No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio…” Víctor Deossa comenta al respecto sobre esta respuesta “Pablo hizo saber a la congregación de Corintios que el Señor lo había enviado a una sola cosa, a predicar el evangelio de las buenas nuevas” (2012: 1).
En 1 Cor. 9:16 Pablo escribe “Si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme, porque me es impuesta necesidad; y ¡hay de mi si no anunciara el evangelio!” El comentarista William Barclay menciona sobre esta afirmación de Pablo:
Lo consideraba un deber. El punto de vista de Pablo era que, si él hubiera escogido ser predicador del Evangelio, podría haber exigido legítimamente un sueldo por su trabajo; pero él no había escogido ese trabajo, el trabajo le había escogido a él. No podía dejar de hacerlo, como no podría dejar de respirar, y, por lo tanto, no podía dejar de anunciar a Cristo (2008: 631).
La última cita se encuentra en Tít. 1:3 al referirse nuevamente a su encomienda ministerial “… manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios, nuestro Salvador.” Guthrie señala a la afirmación de Pablo “… de esta palabra suya a los hombres fue hecha abiertamente… Me fue encomendada su proclamación, dice Pablo, por directo encargo de Dios mismo, quien puede salvarnos” (1996: 877).
¿Quién podía refutar a Pablo sobre el llamado que él había recibido de parte del Señor Jesucristo para predicar la Palabra de Dios? Al leer Hechos 9:15, el mismo Señor Jesús menciona el propósito de la conversión de Saulo de Tarso, cuando envía a Ananías a Damasco a orar por él “… Ve, porque instrumento escogido me es este para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de reyes y de los hijos de Israel” ¿Cómo los gentiles, los reyes y el pueblo de Israel iban a conocer de Jesús? Por medio de la predicación del apóstol Pablo, el primer misionero de la era cristina que lleva la predicación del evangelio fuera de las fronteras de Israel.
La importancia de la predicación en la vida de la iglesia cristiana
La pregunta que surge al concluir este subtema es ¿Por qué es importante la predicación bíblica en la iglesia cristiana de nuestros tiempos? Carl J. Sanders hizo hincapié sobre la importancia de la predicación al señalar lo siguiente sobre ella: “La historia prueba que la iglesia puede existir sin edificios, sin liturgia, sin coros, sin escuelas dominicales, sin clérigos profesionales, sin credos y aún sin sociedades eclesiásticas. Pero muy probable que no pueda existir sin la predicación de la Palabra. La predicación tiene más poder que cualquier otra cosa que la iglesia tenga o haga” (Sanders en Olford, 2005: 5).
Lo que sigue es una exposición rápida de cinco respuestas básicas para contestar a la pregunta que se planteó al inicio este subtema:
- La predicación trata con la vida de los perdidos. Pablo escribió en 1 Cor. 1:21 “… agrado a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” Para Pablo la predicación es el medio que Dios ha usado para alcanzar a los perdidos. E.G. White dice al referirse a este tema: “la predicación del evangelio es el agente escogido por Dios para la Salvación de las almas. La predicación juega un papel importante en la salvación, ya que como dijera el apóstol Pablo en Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (2012: párr. 6).
- La predicación y el cumplimiento de la misión. La iglesia tiene una encomienda del Señor Jesús que debe de cumplir, y es la de transmitir las buenas nuevas de salvación, llevada a cabo mayormente por la predicación de la Palabra de Dios. C. B. Hayne indica lo siguiente: “El cristianismo, como mensaje será propagado por medio de la predicación. Como verdad, será enseñado por medio de la predicación. Como cuerpo de doctrina, será explicado por medio de la predicación. Como vida, será impartido por medio de la predicación” (como se citó en Ferreira, 2012, párr.7).
- La predicación y el crecimiento de la iglesia. La predicación es esencial en el desarrollo de la iglesia, el Libro de Los Hechos es testigo de la forma en que la iglesia nació y se desarrolló a través del ministerio de la predicación (2:14-41, 4:31-33, 6:1- 2). MacArthur afirma lo siguiente: “El ministerio de la palabra es la principal arma espiritual en el arsenal de la iglesia, la única semilla para la plantación de nuevas congregaciones, la herramienta para la edificación de los nuevos creyentes y la primordial estrategia en el plan de Dios para discipular las naciones… La predicación es el corazón, la sangre y todo el sistema circulatorio de la iglesia y su crecimiento” (en Eby, 2009, p.6).
- La predicación y el avivamiento. Se considera que uno de los elementos indispensables en los grandes avivamientos espirituales que ha tenido la historia de la iglesia, se encuentra el de la predicación poderosa de la Palabra de Dios. Con esto concuerda el escritor Martin Lloyd-Jones cuando afirma: “… demuestra, ante todo, este simple hecho: que la iglesia cristiana ha hablado con autoridad en cada uno de esos periodos. La gran característica de todos los avivamientos ha sido la autoridad del predicador” (Lloyd Jones en Ferriera, 2012, párr.9). También el escritor Stanley Key concuerda con la relación estrecha que hay entre la predicación poderosa de la Palabra y los movimientos de avivamiento: La predicación ha tenido una estrecha ligación, a través de los siglos, con los movimientos de avivamientos. John Wesley y George Whitefield, en Inglaterra y América del Norte, respectivamente; los estadounidenses Charles Finney, D.L. Moody, Billy Graham y otros, de varios países, demuestran cómo Dios ha usado poderosamente sus heraldos en la predicación de la Palabra de Dios…. Wesley fue en parte responsable por el hecho de que Inglaterra no haya pasado por una revolución sangrienta como aquella que diezmó a Francia (2009: 34).
- La predicación y el cuidado pastoral. La predicación ha sido de vital importancia en el cuidado y en el desarrollo espiritual y pastoral de la iglesia. En Juan 21:15, Jesús da una tarea trascendental a Pedro el de “apacienta mis ovejas”. Es interesante destacar que la salud espiritual de la iglesia está totalmente relacionada con la nutrición que la Palabra de Dios ofrece a la vida del creyente (Lc. 4:4). Cada congregación necesita su alimento espiritual, que la buena exposición de la Palabra de Dios le brinda. Yeury Ferreira señala lo siguiente al referirse a este tema: “Únicamente la exposición de la Palabra de Dios puede suplir esa necesidad. La iglesia que reciba el Pan de vida a través de la predicación gozará de cristianos fuertes. Por el contrario, la que carezca de predicación bíblica será testigo de la apostasía y decadencia de sus miembros” (2012: párr.11).
Conclusiones
Una pregunta final ¿Quién puede valorar la influencia y la contribución que Jesús, Pablo, los discípulos y grandes predicadores han hecho a la predicación bíblica a lo largo de la historia de la iglesia cristiana? Precisamente este valor se da cuando la persona llamada por Dios a este santo ministerio entiende la importancia, el valor y la relevancia de la predicación, y cuando ella se convierte en la prioridad en su ministerio, es entonces que tendrá que dedicarle lo mejor de sí para convertirse en el fiel mensajero de la Palabra de Dios.
*Publicado con permiso. Este artículo tiene una primera parte que fue publicada en Teología Hoy: Teología Bíblica, Vol. 1 2023

Dr. Jorge Alberto Baños Peña
Misionero global de la Iglesia del Nazareno, asignado a la Región Mesoamérica, específicamente en el Área Mesocentral en Costa Rica.
Graduado de la Universidad Nazarena, la Universidad Evangélica de las Américas en Costa Rica y el Seminario Teológico Nazareno en Kansas City, Estados Unidos. Actualmente se desempeña como Coordinador Regional de Educación en Mesoamérica (REC)
Previamente publicado en Didache: Faithful Teaching 21:1 (Summer 2021) ISSN: 15360156 (web version) –
http://didache.nazarene.org
Bibliografía de referencia citada:
Barclay, W. (2008). Comentario al Nuevo Testamento. Editorial Clíe
Costas, O. (1991). La comunicación por medio de la predicación. Grupo Nelson.
Crane, J. (2003). El sermón eficaz. (Edición revisada). Casa Bautista de Publicaciones.
Deossa, V. (2012). La importancia de la predicación. https://es.slideshare.net/vdeossa/la- importancia-de-la-predicación.
Eby, D. (2009). Power Preaching for Church Growth. Christian Focus Publications. Ferreira, Y. (2012). La predicación y su importancia para hoy. https://purapredicacion.wordpress.com/2012/10/18/la-predicacion-y-su-importancia- para-hoy/#_ftnref3.
Guthrie, D. (1996). Nuevo Comentario bíblico. (Novena edición). Casa Bautista de Publicaciones.
Grasso, D. (1969). Teología de la predicación. Editorial Sígueme. Harrison, E.F. (2006). Diccionario de teología. Libros Desafío.
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Olford, S. F. (2005). Guía de la predicación expositiva. B y H Group.
Padilla, R. (Ed). (2019). Comentario bíblico contemporáneo: Estudio de toda la Biblia desde América Latina. Ediciones Kairós.
Salgado, J. (sf). “¿Qué es la predicación bíblica?” en Revista Ministerio. No. 6. Casa Nazarena de Publicaciones
Stanley Key, Jerry. (2009). La preparación y predicación del sermón bíblico. (Segunda edición). Editorial Mundo Hispano.
Stott, J. (2000). La predicación puente entre dos mundos. Libros Desafío
Warren, R. (2017). El propósito de la predicación: Predicando para cambiar vidas. https://convencionbautista.com/yahoo_site_admin/assets/docs/warren_rick_predicando_para_cambiar_vidas.6164939.pdf.
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